El rey Roble y el rey Acebo

Hace mucho tiempo, en Irlanda, gobernaban dos reyes que eran hermanos. El mayor llevaba hojas de roble a modo de corona y era conocido como el Rey Roble. El hermano menor usaba hojas de acebo como corona y era conocido como el Rey Acebo.

Cada uno de ellos creía saber cuál era la mejor manera de gobernar la tierra y discutían constantemente por ello. El Rey Roble quería que la tierra fuera brillante, soleada y cálida durante todo el año. Sin embargo, el Rey Acebo creía que lo mejor sería que la tierra permaneciera fría, oscura y dormida durante todo el año.

Ambos hermanos estaban enamorados de la misma doncella, y ella los amaba a los dos, odiando verlos pelear. Les dijo que compartieran la tierra entre ambos: la mitad del año gobernaría uno y la siguiente mitad, el otro.

Los hermanos no se dejaron convencer y no cesaban de pelear. En un caluroso día, cuando el sol estaba en lo alto del cielo y parecía que la noche nunca llegaría, el Rey Acebo desenvainó su espada contra su hermano y lucharon. Aunque el Rey Roble peleó valientemente, el Rey Acebo asestó un golpe mortal a su hermano.

—¡Hermano mío! —gritó el Rey Acebo, sosteniendo la herida sangrante del cuerpo de su hermano. La doncella envolvió al Rey Roble y le dijo al Rey Acebo que él debía gobernar la tierra, mientras ella se llevaba el cuerpo.

Cada día, las horas del sol se acortaban. Cada noche, la luna recorría el cielo cada vez más tiempo. Los días se acortaron y refrescaron; las noches se alargaron y enfriaron. La nieve comenzó a caer, y el Rey Acebo no podía pensar en otra cosa que no fuera su hermano.

Finalmente, la tierra quedó desnuda y muerta, y las plantas dormían. Muchos animales hibernaron y los que no lo hicieron tuvieron grandes dificultades para encontrar comida y refugio. En una noche en la que parecía que el sol nunca más iba a salir, la doncella fue a ver al Rey Acebo y le dijo:

—No desesperes, tu hermano no ha muerto. Ahora le toca a él reinar.

Y el Rey Roble apareció de nuevo, joven, sano y fuerte. El Rey Acebo, feliz de volver a verlo, se hizo a un lado para que tomara su lugar en el trono como rey de la Tierra.

The Holly King and the Oak King (Lacey Bryant)

Los días se hicieron más largos y cálidos; la luna cabalgaba en el cielo durante menos tiempo, la tierra reverdeció y las plantas y los animales despertaron.

Cada año, el ciclo se repetía: un hermano gobernaba durante la época verde y el otro durante la época oscura. Esta es la historia que los antepasados irlandeses contaban para explicar cómo se crearon las estaciones.

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